Era una tarde de marzo de 1968 en provincia de Catamarca, Argentina, Owen recibe una llamada con la que se entera de la caída de su tía en La Pampa, fue duro recibir tal noticia acerca de la persona que le mantuvo y dio educación por más de diez años.
Owen se dirigió al lugar para asistir al sepulcro, camino al cementerio, Owen ofreció ayudar a cargar el ataúd, pero al poner sobre su hombro la parte asignada, un hueso sonó como si quebrara, entonces se apartó y se dio cuenta de que no podía mover el brazo debido a un terrible dolor que inició con el raro sonido. Rapidamente, salió a buscar un hospital, entonces le confirmaron que había sufrido una fractura, pero entonces pasó el tiempo y ya hasta había olvidado tal incidente.
Un día se encontraba en una fiesta conviviendo con los amigos del trabajo, no era su costumbre bailar, pues no se le facilitaba tal actividad así como tampoco le gustaba mucho, pero una de sus amigas le invitó a bailar, y no quiso parecer grosero o descortés, así que aceptó. Mientras bailaban, Owen escuchó de nuevo el sonido doloroso de un hueso, esta vez era su rodilla izquierda, una vez más se dirigió a urgencias, una fractura más, a la que Owen decidió no prestarle atención, pues se convenció de poseer débiles huesos a causa de que carecía de calcio, solo decidió resolver el problema con un producto de calcio...
Después del segundo incidente, decidió seguir festejando y hacer todo tipo de actividades.
Una mañana, antes de irse al trabajo, Owen preparaba su desayuno, y al tomar un sartén, el sonido ya conocido en algún hueso sale de su muñeca, otra vez corrió al hospital, y al parecerle demasiado conocido a la enfermera, esta le pregunta si padece alguna enfermedad ósea y este lógicamente responde un no. Así que le sugirió preocuparse y hacer algo al respecto pues seguro no sería cualquier cosa.
Al día siguiente, asistió a hacerse estudios para saber la gravedad de su salud. Entonces al recibir los resultados, Owen se entera de que su estado es más serio de lo que pensaba, el médico le dijo que tenía una grave deficiencia ósea y que el calcio que había consumido poco tiempo atrás, había empeorado la enfermedad. Sus huesos parecían consumirse lenta pero constantemente.
El personal hizo saber a Owen que no existía tratamiento alguno para su problema y que lamentablemente pronto se vería imposibilitado de realizar sus necesidades por cuenta propia, pues perdería movilidad total de sus extremidades.
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