Al volver en la tercer semana de ausencia, ya me siento extraña en mi propio ecosistema. Ya no siento que pertenezco a un determinado espacio; me siento extraña en todo lugar.
Cuando vuelvo, extraño lo nuevo y cuando me voy otra vez, extraño lo antiguo. Retroceder se ha convertido en una palabra de doble significado; es retornar y a la vez avanzar.
No es un juego, en realidad es algo mucho más complejo y serio. Incluye corajes, desesperación, quizá minutos tristes, pero también ofrece uno que otro alegre momento. Tal vez en ocasiones resulta fatigoso, pero hace mantener una esperanza de volver y avanzar al mismo tiempo...
Me tiene harta la ruidosa gotera de tu regadera pueblo extraño y ya conocido, pero cuando me ausento, la extraño.