sábado, febrero 20, 2010

Algo Cinco

La época de Helen parece haber sido la peor, era evidente que el hecho de estar en casa todo el día; haciendo los deberes, era lo único que podía hacer una mujer en esos días, el salir nunca fue bien visto, porque no tenían derecho, porque no lo merecían o porque serían etiquetadas de manera devaluable...

Las mujeres eran el ser peor tratado y por sobre todo en el pueblo donde habitaban Helen y su familia, era un pueblo pequeño de Puerto Montt, Los Lagos en Chile. La vida le parecía más aburrida que cualquier cosa... ni siquiera podía comparar su vida con alguna actividad, porque no había otro paisaje que su casa, no había otro quehacer que limpiar, todo era tan igual todos los días... ni siquiera sabía bien quienes habitaban en su pueblo, solo conocía uno que otro viejo amigo de su padre, que a veces llegaban a casa a visitarlo o a buscarlo para ir a algún trabajo o entretenimiento (apto solo para hombre por supuesto), pero no conocía a chicos de su edad, ni mujeres de la edad de su madre, pues todas debían dedicarse a estar en casa y nada más... Así pasaban los eternos años por ese pueblo, en donde el derecho de todo solo lo tenían los varones, Helen no conocía siquiera una letra, y menos su madre.

Un día de primavera, los hombres del lugar, organizaron una fiesta más celebrando el aniversario del pueblo como cada año, solo que este, sería diferente, se decidieron a darle oportunidad a hijos y esposas de participar en tal celebración. Cuando Helen y su madre recibieron la noticia, no contuvieron la alegría que les provocaba la idea de salir de casa, de conocer al menos su propio pueblo, era algo fantástico el pensar cada día en el día de la fiesta, que sería en dos meses, al menos sus ojos ahora parecían tener un brillo peculiar y no esa oscuridad que les caracterizaba, a Helen en especial le parecía grandioso que pudiera festejar su cumpleaños 14, que había sucedido unos meses antes...

Al llegar el día del aniversario pueblerino, solo podían apreciarse grandes sonrisas y las mejores prendas en cada quien, pues al fin podrían festejar algo, por vez primera, como si acabaran de nacer, y especialmente la mujeres...

Al acabar con la comida, todos alegres conversaban, se saludaban, se conocían y demás... entonces, un chico no tan joven, tal vez de unos 27 años, pero soltero, le pidió al padre de Helen conocerla, el aspecto del chico era, todo un patán, su fisonomía cínica era más que clara, a ella no le agradó siquiera un poco, pero al menos su padre no la había comprometido ni nada parecido... minutos después, Helen se reunió en la fiesta con chicas de su edad, igual que su madre con las demás esposas, quienes se mostraban muy satisfechas por encontrarse celebrando con los vecinos.

Helen platicaba con las chicas sobre la alegría de poder celebrar su cumpleaños 14 en tal celebración, mientras fluían aún más temas sobre los cuales hablar, pero, curiosamente, una chica llamó la atención de Helen, entonces, se apartó con ella, para prestar atención a sus ideas y temas de conversación, le parecía especial, como si pudiera considerarla su mejor amiga, le interesaba mucho en tan poco tiempo, entonces se dedicaron a conocerse la una a la otra durante algunas horas, y fue después de todo eso, que Helen se enteró de que sentía algo peculiar por la chica, se sentía atrapada, pero le agradaba, no sentía aburrimiento alguno al estar acompañada de esta, era algo mágico; entonces, se sintió llevar por la emoción y un poco de pasión hasta acercarse a la chica y darle un beso, parecía haber olvidado que se encontraba en medio de una gran fiesta, llena de gente por supuesto. El padre de Helen se aproximó rápida y brúscamente, pues era claro, que existía un pecado, una falta de respeto a la familia y al pueblo entero. Todo mundo susurraba sobre lo que había pasado... Mientras Helen era llevada casi arrastrando por su padre con su madre detrás pidiendo clemencia para su hija...

Al llegar a casa, Helen fue brutalmente golpeada por su padre... Al día siguiente, la madre de Helen suplicaba a su esposo que pensara bien antes de actuar, pues tenía en mente acabar con la vida de Helen ante el pueblo, para matar el mal que aseguraba se encontraba dentro de su hija. Pero entonces tomó una distinta y última decisión; Helen sería obligada por su padre a contraer un embarazo, con el chico aquel de 27 que había interesadose en ella durante la pasada fiesta. Al inicio de sus 15 años, Helen ya era madre, la más infeliz de todas para ser exactos...

Algo Cuatro

Ese lunes era un día lleno de entusiasmo para Helen, si, efectivamente iniciaría su vida académica. La mañana de ese lunes de verano en Brasil, solo se dedicaba a saltar y reír de la emoción que le provocaba el iniciar convivencias con infantes de su edad, todo parecía ser perfecto...

Helen y su madre se dirigieron al preescolar, para posteriormente tomar el primer día de clases. "El lugar no es perfecto, pero seguro estarás bien" pensó la madre, mientras Helen respondía un indudable Si...

En el primer día, la mayoría no estaba tan entusiasmado como Helen, muchos chicos lloraban y querían salir de ahí como si en casa existiera algún imán, la chica buscaba conversaciones con los demás pero eran realmente pocos quienes contestaban, por supuesto, primer día, timidez es lo que abunda, pero ella tenía tanta alegría dentro que estaba dispuesta a esperar el tiempo que fuera necesario para empezar a disfrutar la estancia con sus compañeros.

Una semana después de su ingreso, Helen fue sometida a una repentina operación, puesto que sus ojos habían dejado de funcionar bien... entonces fue necesario el uso de lentes, por lo que iniciaron las molestas burlas y críticas degradantes, fue entonces cuando la idea de estar en convivencia con sus pequeños compañeros, no le pareció tan divertida. El sufrimiento y desprecio comenzaron a ser como el pan de cada día en el jardín, Helen parecía vivir un solitario infierno durante la etapa, entonces se comprometió con sí misma; de cualquier manera tenía que vengarse de quienes habían despedazado su infancia.

Cuando entró a la primaria, ya era costumbre escuchar distintas expresiones que pretendían tan solo burlarse de ella, entonces ya no era algo raro, de hecho, Helen había acostumbrádose a tal ambiente. Los años solo pasaron, tal costumbre parecía afectarle cada vez menos, pero el rencor seguro seguía dentro... Helen logró llegar al fin de la universidad, y seguramente con no mucho entusiasmo como en el primer día de su preescolar... Y precisamente, había graduadose como Educadora de Preescolar, algo que nadie habría imaginado, ella había olvidado todo el dolor que en esa etapa le provocaron.

Solo empezó a poner en práctica sus estudios, inició su trabajo en un jardín de Recife, capital de Pernambuco, de hecho desde sus inicios como educadora, trabajó en el más importante preescolar de tal capital... Cada día había risas, llantos y distintas expresiones con los niños, había una tranquilidad y felicidad enorme en el aire, era el espíritu infantil. Después de unos meses de vivir así, Helen recibió una nueva alumna en clase; su aspecto era casi igual a los demás, excepto por algo que parecía sobrarle en la cara: eran unos lentes, y fue entonces cuando llegaron recuerdos a la mente de Helen...

El salón parecía dar vueltas, pero pronto se estabilizó, y recibió a la chica tan tranquila como pudo... pero no podía evitar sentir esa rabia dentro, esa rabia que con los años había olvidado pero que silenciosamente creciendo seguía, y al parecer, ese era el día en que estallaría la bomba...

Helen estaba confundida y trataba de distraerse con los chicos, pero en ese momento, surgieron algunas risas y expresiones que parecían insultar a la nueva alumna,  fue cuando Helen no pudo contenerse y con las tijeras que en mano tenía, atacó inconscientemente y con demasiada rabia encima a todos los chicos de su clase, mientras algunos intentaban salir del salón, pero en vano lo hacían, pues la perilla de la puerta era tan alta que no podían alcanzarle y los gritos parecían ser escuchados por nadie, las ventanas cerradas estaban. La ultima chica con vida era precisamente la nueva, esa que le hizo recordar su terrible y rebatada infancia, entonces Helen exclamó "si mueres, ya nadie se burlará de tí, así que te haré un favor"...

Helen sailió de la institución con el pretexto de comprar unos artículos para una actividad, decidió huir lo más lejos posible, sabiendo que, en poco tiempo, a causa de lo sucedido, la buscarían por todos lados...

viernes, febrero 05, 2010

Chiste

Una profesora de primer grado, en algún lugar del mundo, explicaba en clase que ella era una fanática seguidora del reggaeton a lo cual, pidió a los alumnos que levantaran la mano en caso de ser también reggaetoneros. Todos en la clase, por temor a represalias por parte de la maestra, levantaron la mano diciéndose reggaetoneros, excepto una niña del fondo de la clase... 


La profesora miró a la niña con sorpresa y le dijo: 




– 'Lupita ¿por qué no has levantado la mano?' – cuestionó la educadora. 

– 'Porque yo no soy fanática del reggaeton respondió la alumna. 

Con gran extrañeza, la profesora lanzó otra pregunta: 

– '¡Vaya!, si tú no eres del reggaeton, ¿cuál es tu tipo?' 

La niña, incorporándose, dijo con gran seguridad y mucho orgullo: 
– '¡¡¡Soy del ROCK!!!! y estoy muy orgullosa de ello'. 

La profesora no daba crédito a lo que sus fanáticos y reggaetoneros oídos escuchaban... 

– 'Lupita, hija mía ¿qué pecado has cometido para ser del HEAVY METAL?' 

– 'Mi madre es aficionada del ROCK, mi padre es fanático del ROCK y mi hermano también es aficionado del ROCK, por eso claro, ¡yo soy del ROCK!' – dijo convencida y orgullosa la chiquilla. 

– 'Bueno – dijo irritada la profesora – eso no es motivo para ser del ROCK. Tú no has de ser siempre lo mismo que tus padres. A ver, si tu madre fuera prostituta y drogadicta, tu padre un vago, alcoholico y traficante y tu hermano puto, entonces ¿tú qué serías? 

– Seguramente reggaetonera - respondió la niña... 

JAJAJAJAJAJAJAJAJA

Por un Mundo libre de ignorancia. 
¡Di NO al reggaeton!

Enviado por Pablo Guerrero Jiménez